El momentum de la filantropía transfiriendo el poder a las comunidades locales: Preguntas y respuestas con Mallika Dutt
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Mallika Dutt se ha unido a la fundación como directora del Programa de Equidad de Género y Gobernanza. Hablamos con Mallika sobre su trayectoria, la importancia de escuchar a las personas más afectadas por los sistemas que intentamos cambiar, del papel de la filantropía en los esfuerzos actuales en torno a la «transferencia de poder » y «localización» en el desarrollo internacional, y su experiencia de la fundación como una comunidad de práctica.
Cuentas con una larga trayectoria en la defensa de la equidad de género. ¿Qué te ha llevado a hacer este trabajo?
He estado enfocada en avanzar la equidad para las mujeres y niñas, y para todas personas, desde que era una niña. Crecí en India con un hermano y dos primos, y a menudo me enfrenté con las distinciones entre nosotros como niños y niñas. Las limitaciones impuestas a mis acciones me irritaban tanto que me volví una rebelde para tener la libertad que creía merecer.
Quedaba claro, desde el principio, que el negocio familiar, la casa donde estaba creciendo, y todos los activos financieros iban a caer en manos de los chicos. Un refrán corriente era «cuando te cases y tengas tu propia casa, entonces podrás hacer» — para cualquier cosa que yo quería hacer. Esta narrativa, combinada con la discriminación y el trato hacia las mujeres y los matrimonios infelices, me hicieron determinar seguir un camino diferente.
A los 18 años tuve la oportunidad de solicitar una beca para estudiar en el extranjero. Para vivir la vida con la libertad y la autonomía que deseaba, sabía que tendría que irme de casa y crearme una nueva vida.
Entré a una universidad maravillosa llamada Mount Holyoke, la más antigua universidad para mujeres de los Estados Unidos. Mount Holyoke me brindó la oportunidad de comprender la ira, la irritación, y la frustración que tenía de niña. Me dio un lente a través del cual pude comprender las estructuras sistémicas que discriminan a las mujeres. Dio palabras a mis experiencias y me permitió encontrar una comunidad de mujeres extraordinarias que perseguían sus sueños y creaban su propia visión de quiénes querían ser en el mundo. Fue un período maravilloso de mi vida.
Mi primera pasantía universitaria tuvo lugar en una organización llamada “International Women’s Tribune Center,” nacida de las Conferencias Mundiales de las Naciones Unidas sobre las Mujeres. Fue una experiencia fundamental porque me enseñó vías prácticas para actuar y formar parte del movimiento global de mujeres, casi inmediatamente.
Fue lo que determinó mi trayectoria para volverme una defensora de la equidad de género, una defensora de los derechos humanos, y para comprender las varias intersecciones a las que debemos poner atención para llegar a una verdadera igualdad para todas las personas.
Pensando en esta trayectoria, ¿cuáles son los principales aprendizajes que deseas aportar a tu rol como directora del programa de Equidad de Género y Gobernanza en Hewlett?
Uno de mis valores fundamentales es la importancia de escuchar y ser dirigida por las personas más afectadas por los retos y las situaciones que intentamos resolver. Ya sea en filantropía, justicia social, leyes, economía o política, es absolutamente esencial fincarse en las experiencias y la sabiduría de las personas más afectadas directamente por los sistemas que intentamos cambiar.
A menudo creamos y prescribimos leyes, políticas, y reglamentaciones sin la voz ni el liderazgo de las comunidades que son afectadas por ellas. Por lo tanto, las políticas no son implementadas, no producen los resultados esperados o no contribuyen realmente al bienestar de las personas de quienes nos ocupamos. La proximidad y la escucha de las voces de las comunidades es un principio no negociable. Debemos comenzar por ahí.
Otro aprendizaje clave y no negociable es la importancia de un análisis interseccional del poder. Esto nos obliga a localizar y a comprender la multiplicidad de cuestiones e identidades en juego que afectan la experiencia vivida por una persona en el mundo. Incluso si el género es la perspectiva a partir de la cual me oriento, es sumamente importante para mí preguntarme, ¿cuáles son las otras identidades en juego? ¿Cómo la raza afecta la situación? ¿Cómo la clase social afecta la situación actual? ¿Cómo la geografía, la etnicidad, la orientación sexual, o las habilidades de las personas afectan la situación? ¿Cuál es la historia? ¿Cuál es el contexto? ¿Cuál es el amplio conjunto de cuestiones en juego? Las dinámicas de poder y su impacto sobre los individuos, las comunidades, y países enteros deben tomarse en cuenta cuando se está tratando de elaborar una estrategia, o un plan, o de tomar decisiones relativas a la entrega de subvenciones.
Hacer un análisis interseccional del poder es fundamental en mi trabajo. Desde hace diez años doy un curso intensivo de liderazgo para las mujeres en el Instituto Omega, donde me concentro en el poder, los privilegios, y la interseccionalidad. Sin un análisis claro del poder podemos tener una tendencia a reproducir los mismos esquemas que intentamos cambiar.
¿Cuál es el rol de la filantropía, y específicamente de la Fundación Hewlett, en el análisis del poder y en los esfuerzos actuales en torno a la «transferencia de poder» y «localización» en el sector del desarrollo internacional ?
Aunque hemos hablado de estos temas desde hace décadas, tomó la combinación de la pandemia del COVID, ser testigos de manera colectiva de la muerte de George Floyd, así como el movimiento “Black Lives Matter” para obligar a la filantropía a cambiar la manera de actuar en los Estados Unidos.
Llevamos décadas pidiendo cambios y nos topamos con una gran resistencia. Quiero rendir homenaje a este momento histórico que ha generado un cambio y una dinámica tan importante. La gente comprende por fin la necesidad de poner los recursos en las manos de las personas más cercanas a los problemas que estamos tratando.
Terminamos comprendiendo que la verdadera transformación del poder requiere una distribución completamente diferente de los recursos.
La “localización” en el desarrollo internacional significa que los recursos estén en manos de las personas más cercanas a los problemas. Nos alienta a seguir su liderazgo en la identificación de las necesidades de las comunidades y los cambios de sistema. Es a partir de la experiencia vivida y de la sabiduría de las comunidades que debemos crear normas globales y estándares internacionales. Nuestra mejor oportunidad para el cambio de los sistemas está estrechamente vinculada a un proceso dinámico de escucha, de intercambio, de sabiduría, pero siendo siempre fieles a los valores de la voz, la agencia, y el liderazgo de quienes están más cerca de los retos que queremos afrontar.
Hewlett ha sido una sorpresa desde que llegué como directora de programa. El compromiso de practicar y operativizar la equidad dentro de la fundación, así como en la entrega de subvenciones ha sido una revelación. Estoy encantada de formar parte de una comunidad de práctica y aprendizaje para contribuir a un mundo donde la equidad y el bienestar ocupan un lugar central en la cultura y la misión de la institución.
¿Qué es lo que más te entusiasma en tu nuevo rol?
Estoy fascinada de sumarme a una comunidad de práctica donde toda la institución está comprometida a vivir los valores, principios, procesos que se requieren para alinearse con la diversidad, la inclusión, la equidad y la justicia. No necesito abogar por ninguna de estas cosas; son ya una parte integrante de la cultura de Hewlett. ¡Es sumamente apasionante!